lunes, 13 de diciembre de 2010

RISOTAS

Era una noche dulce y estrellada, cuando Risotas decidió buscar a Manuel. Sabía cuál era su sueño y estaba decidido a hacérselo cumplir.
De pronto Risotas apareció en casa de Manuel, se sentó junto a su cama, y cuchicheo a su oído.
Manuel, sorprendido y aún sin saber que pasaba, entreabrió los ojos, y allí estaba Risotas, feliz y sonriente.
- ¡Hola! soy Risotas y aunque no te lo creas he venido a hacerte feliz.
-¿Hacerme feliz?, ¿cómo?. Dijo Manuel muy entusiasmado.
- Aunque te parezca mentira, haciendo realidad tu sueño. Pero eso sí, esto sólo pasa una vez en la vida, y no la puedes desaprovechar. Dijo Risotas.
- ¡Qué bien! Ya sabes que mi mayor deseo sería poder volar al espacio, tocar las estrellas, la luna y poder ver todos los planetas. ¡Eso me encantaría!. Dijo Manuel.
- Vamos a hacer una cosa; corre, ve a vestirte, ponte ropa de abrigo que nos vamos de viaje.
- No tardo nada, espérame, no te vayas. Dijo Manuel ilusionado.
Una vez que ambos estaban preparados, Risotas fijó su mirada en Manuel, y con una sonrisa le dijo:
- Manuel, has de ayudarme ¿vale?, tienes que soplar fuerte, contar hasta tres y saltar con todas tus fuerzas.
Sin pensárselo dos veces contó rápido.
-Una, dos y tres, ¡guau!, ¡qué divertido!, ¡estoy volando, no me lo puedo creer!.
Risotas y Manuel estaban volando, camino del espacio, observando la luna, admirando los planetas y alucinando con las estrellas.
¡Increíble! repetía Manuel una y otra vez, mientras giraba y giraba. Con los brazos abiertos, intentaba tocar las estrellas, corría y corría sobre el anillo de Saturno, nadaba en la vía láctea y flotaba sobre la luna. No salía de su asombro, era la persona más feliz del mundo.
Risotas comprobaba la inmensa felicidad de Manuel y su deseo era que no acabara nunca, pero había llegado la hora de finalizar su viaje.
¡Manuel!, exclamó Risotas, hemos de macharnos ya y partir a otros lugares para hacer lo mismo con más niños.
-¡Vale!, dijo Manuel. Ha sido genial, me lo he pasado en grande, jamás pude imaginarlo, muchas gracias.
- Bueno, espero poder volver a repetirlo contigo, pero ahora he de marcharme y hacer feliz a más niños, cumpliendo también sus sueños. Así es que encantado de conocerte, besos, te quiero.
Manuel cumplió así su deseo, fue el mejor día de su vida y el que nunca podrá olvidar.
Y colorín colorado esta historia se ha terminado.
FIN - THE END.
En esta historia han colaborado, mis papas, mi hermanita y mi prima Cintia.
MANUEL SANCHEZ POZO.

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